domingo, 2 de mayo de 2010

Literatura de terror


Días atrás comencé a ver con mis alumnos el género de terror en la literatura. Pensé que era una buena idea comenzar preguntándoles cuáles eran sus miedos. Debían nombrar cinco cosas que les despertaran temor. Sabría que llegaríamos a la conclusión de que existen miedos "universales", miedos que el hombre posee frente al mundo que lo rodea: la oscuridad, la muerte propia o de los seres queridos, algunos insectos y los lugares cerrados son los temores que han acompañado a la humanidad a lo largo de su historia. Ese sería el punto de partida, para luego hablar de los miedos que corresponden a cada cultura. En nuestro caso: el hombre de la bolsa, el cuco, la LLorona, el Pombero, etc. Sin embargo, como suele suceder, la clase giró hacia otro lugar cuando chicos de 16 años, al contestar la primer pregunta, colocaban a la inseguridad y a los ladrones como uno de sus miedos principales.
Sentí una mezcla de bronca y de indignación al ver cómo los medios de comunicación pueden calar tan hondo en la vida diaria de nuestros adolescentes; les meten el miedo en sus venas a traves de la radio y la televisión formando seres vulnerables, que desconfían de las personas porque todos son culpables de antemano hasta que se demuestre lo contrario. Quise calmarlos diciéndoles que nuestro país era el tercer país más seguro de América Latina, que la mayor parte de las personas mueren a causa de los accidentes de tránsito (en primer término)y por cáncer de pumón debido al tabaquismo (en segundo lugar), pero sé que mis palabras son débiles frente al bombardeo mediático al que son expuestos diramente y que ni siquiera sirvieron de consuelo al menos por un par de horas.
Ese día, chicos y chicas de 16 años regresaron a sus casas temerosos, mirando hacia los cuatro puntos cardinales, hacia arriba y hacia abajo. El único lugar que no observan, ellos y tantos otros, es hacia adentro, y es alli, juntamente, donde vive el pequeño gran monstruo que les han instalado aquellos que desean un pueblo temeroso gritando seguridad! Un monstruo que crece con la sangre que vierten los noticieros, los diarios, las radios y las publididades de alarmas y que sonríe triunfante cuando ve ocupar uno de los primeros puestos en los miedos, aunque sean locales.