Rindo desde este humilde rincón mi homenaje a La Negra Sosa. Lo más cerca que estuve de ella fueron unos 15 metros de distancia, un sábado, frente a la Biblioteca Nacional. Recuerdo que al cantar esta canción con su voz nativa tan singular, cierta magia comenzaba a derramarse a su alrededor; curiosamente su voz será lo único que no cambiará con el paso del tiempo.
Adiós Negrita!!!!!
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