miércoles, 23 de septiembre de 2009

Las voces nuevas

Cuando educo a mis alumnos no escondo mi ideología, creo que no es un buen ejemplo esconder las ideas que nos definen como personas, que conciben nuestra manera de ver el mundo. Debo aclarar que no pretendo imponer mi pensamiento sino que los invito a pensar de una manera distinta a la mía y a la de sus padres, ya que el pensar diferente enriquese los argumentos, sin embargo, el tema de la Ley de Radiodifusión llega a rosar mis propios límites en la tarea docente, puesto que me enoja muchísimo que la mayoría de mis alumnos, de apenas 12 años, repitan los que dicen sus padres que a su vez repiten lo que dicen los grandes medios.




He escuchado frases como "con los militares había más seguridad", "acá no trabaja el que no quiere", "¿por qué no regresan a su país los inmigrantes; nos sacan el trabajo a nosotros", etc. Y ahora: "la ley K, surge por la pelea con Clarín", "Se quieren quedar con todos los medios", etc. Frente a este panorama, les pedí que trajeran diarios para poder confrontar las distintas opiniones que aparecen en torno a la ley, y adivinen qué? De 21 alumnos 18 trajeron Clarín, 2 se olvidaron y uno faltó. ¿Pueden creerlo? Fue una clase empírica, con ejemplo en vivo y en directo sobre cómo los medios masivos de comunicación influyen en nuestra forma de pensar y anulan la existencia de otras voces. Me preguntaron por qué todos compraban Clarín teniendo la posibilidad de comprar cualquier diario y por qué es el diario más vendido si todos lo eligen libremente. Pregunto: ¿Tendría que haberles escondido la verdad diciendo : y..., no sé, a lo mejor es porque trae muchas hojas? No, nada de eso, di mi opinión. Creo que no se debe ser neutro frente a temas que reclaman nuestra opinión comprometida con la realidad. No es genuino estar en un lugar tibio, lllenos de grises, debemos trasmitir pasión por las ideas, confrontarlas, discutirlas. ¿Cómo fue que Clarín llegó a convertirse en El gran diario de los argentinos? Hablé de la dictadura y del arreglo con Papel Prensa, de los "supuestos" hijos de Ernestina de Noble, de no hablar ni "hacer tapa" cuando se vendía el país, etc. etc.
Después, al terminar la clase, les dejé una pregunta: ¿Puede una ley democrática ser peor que una de la dictadura?
Veremos qué me dicen mañana, mi único deseo es escuchar sus voces nuevas, alguna vez me gustaría escucharlos a ellos mismos.

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