jueves, 15 de octubre de 2020

     Mi mamá era una mujer de radio, nada de tele. Arrancaba tempranito con Radio Rivadavia. Es la mañana y es tan temprana como una rosa, decía la canción que abría el programa de Larrea y que yo detestaba porque debía levantarme para ir a la escuela. Después escuchaba los programas de Badia y se enamoró de Víctor Hugo Morales. Mi mamá era una mujer culta, porque a pesar de no haber terminado la secundaria, la radio le abrió universos que se le habían negado. Quienes la conocieron, deben recordarla siempre con alguna voz de fondo o un tanguito quizás, como pegado a su figura.

    Hoy, cuando escuché que se cumplían 100 años de que existe la radio, me acordé de mi mamá, y aunque pienso en ella todos los días, la imaginé en la cocina preparando milanesas, cerquita del radiograbador estirando el cuello para poder escuchar algún programa a pesar de nuestros gritos y de los ruidos que lanzaba el televisor.
    Que la AM vuele alto, llegue al cielo y sea eterna, como todo lo que amamos.
27/8/21




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