Un lugar inhóspito en la red que quiere recuperar la ternura que siente el corazón al acariciar algo que duerme.
sábado, 17 de julio de 2010
Yo opino
Aquellos que impregnan sus discursos con la palabra democracia, deberían saber que una verdadera democracia debe atender los derechos de todos y sobre todos los de las minorías: enfermos mentales, pobres, discapacitados, presos y también homosexuales. ¿Sería una democracia genuina si sólo contemplara los derechos de las mayorías?
viernes, 2 de julio de 2010
Edipo Rey y la "Noble" identidad

Edipo Rey es una de las mayores tragedias de la literatura. Sófocles aborda el tema de la identidad para desarrollar alrededor de él una historia que tendrá necesariamente un final catastrófico. Edipo, al no conocer su verdadera identidad, pretende alejarse de los presagios que le fueron comunicados en la ciudad de Delfos, sin saber que en realidad, cuanto más cree alejarse de su destino fatal, más se acerca a él. Cuando toda su vida parece perder sentido al sospechar que puede no ser quien cree que es, asume valientemente el riesgo de esa ignorancia y sostiene públicamente que prefiere conocer su origen aunque éste sea miserable a vivir sin saber quién es verdaderamente. Conocer la verdad lo llevará a arrancarse los ojos y a deambular por las sombras eternamente en tierras extrañas.
He aquí la gran pregunta que Sófocles viene repitiendo generación tras generación cuando nos encontramos con la lectura de Edipo Rey. ¿Qué harías tú? Si tuvieras el poder absoluto y plena felicidad, pero desconocieras quién eres... ¿Lo arriesgarías todo a cambio de la verdad? ¿Preferirías vivir en una mentira toda la vida para evitar el sufrimiento u optarías por el camino de la verdad aunque éste sea más doloroso?
En nuestro país la identidad también tiene una historia trágica, una historia de personas que fueron arrancadas de la vida como piezas de un rompecabezas que hoy intentamos volver a reconstruir; y como en un gran rompecabezas, para saber dónde se ubica cada una de la piezas es necesario conocer dónde están las demás, porque todos y cada uno de nosotros construimos nuestra identidad en base a la identidad de los demás.
La historia de Edipo se funda en un crimen, al igual que esas tantas historias desaparecidas del mapa, hundidas en el horror. Según los dioses griegos, nadie puede escapar de su destino, no importa qué hagamos o dónde intentemos escondernos, el destino inquebrantable nos perseguirá en los oscuros rincones donde intentemos ocultarnos, atravesará océanos y mares hasta encontrarnos y cuando nos halle, será drásticamente implacable. Por eso, tal vez sea mejor enfrentar nuestro destino a tiempo, ser auténticos, reconocer nuestras miserias, mirar de frente nuestra historia con sus luces y sombras, antes de que el destino nos sorprenda en un grito ahogado y no podamos hacer otra cosa que arrancarnos los ojos para evitar la vergüenza que nos causaría la mirada de los demás sobre nuestra propia historia.
domingo, 2 de mayo de 2010
Literatura de terror

Días atrás comencé a ver con mis alumnos el género de terror en la literatura. Pensé que era una buena idea comenzar preguntándoles cuáles eran sus miedos. Debían nombrar cinco cosas que les despertaran temor. Sabría que llegaríamos a la conclusión de que existen miedos "universales", miedos que el hombre posee frente al mundo que lo rodea: la oscuridad, la muerte propia o de los seres queridos, algunos insectos y los lugares cerrados son los temores que han acompañado a la humanidad a lo largo de su historia. Ese sería el punto de partida, para luego hablar de los miedos que corresponden a cada cultura. En nuestro caso: el hombre de la bolsa, el cuco, la LLorona, el Pombero, etc. Sin embargo, como suele suceder, la clase giró hacia otro lugar cuando chicos de 16 años, al contestar la primer pregunta, colocaban a la inseguridad y a los ladrones como uno de sus miedos principales.
Sentí una mezcla de bronca y de indignación al ver cómo los medios de comunicación pueden calar tan hondo en la vida diaria de nuestros adolescentes; les meten el miedo en sus venas a traves de la radio y la televisión formando seres vulnerables, que desconfían de las personas porque todos son culpables de antemano hasta que se demuestre lo contrario. Quise calmarlos diciéndoles que nuestro país era el tercer país más seguro de América Latina, que la mayor parte de las personas mueren a causa de los accidentes de tránsito (en primer término)y por cáncer de pumón debido al tabaquismo (en segundo lugar), pero sé que mis palabras son débiles frente al bombardeo mediático al que son expuestos diramente y que ni siquiera sirvieron de consuelo al menos por un par de horas.
Ese día, chicos y chicas de 16 años regresaron a sus casas temerosos, mirando hacia los cuatro puntos cardinales, hacia arriba y hacia abajo. El único lugar que no observan, ellos y tantos otros, es hacia adentro, y es alli, juntamente, donde vive el pequeño gran monstruo que les han instalado aquellos que desean un pueblo temeroso gritando seguridad! Un monstruo que crece con la sangre que vierten los noticieros, los diarios, las radios y las publididades de alarmas y que sonríe triunfante cuando ve ocupar uno de los primeros puestos en los miedos, aunque sean locales.
jueves, 4 de marzo de 2010
El "sentido común"
Estuve en San Pedro, una hermosa ciudad en la provincia de Buenos Aires que conocí cuando era una niña y viajaba en tren hasta alli con mis abuelos quienes me mostraban a ambos lados de las vías los campos frutales que fueron, históricamente, el sostén económico del pueblo: duraznos y naranjos.
Los años han pasado, mis abuelos ya no están y a veces, cuando ingreso por la ruta que conduce a la ciudad, noto la ausencia de aquellos árboles frutales que salpicaban de color el paisaje rural; todo es ahora un gran mar verde, la soja se ha chupado todo hasta la banquina y aquellos pueblos que vivían de la siembra, cosecha y transporte de frutos quedaron convertidos en pueblos fantasma con inmensos campos de pocos dueños. Hoy, el sostén económico de la ciudad es el turismo con el imponente hotel Hahward Jhonson a la cabeza que es simbólicamente la desnaturalización de aquello que singularizaba al lugar. Lo paradógico, es que ideológicamente los sampedrinos apoyaron al sector agropecuario en el conflicto de la resolución 125 y muchos de ellos aún lo siguen haciendo sin poder vislumbrar que defienden la mano que les arrebató aquellos árboles frutales y con ellos la fuente de trabajo de muchos hogares.
Es sabido ya que los medios de comunicación son costructores de opinión y que ésta queda íntimamente unida al "sentido común"; aún asi, es difícil aceptar que las personas defiendan ideas que se oponen con la realidad inmediata que viven diariamente.
Marzo me puso nuevamente delante de los medios y volví a escuchar a aquellos que desean imperiosamente que al país le vaya mal sólo para decir "yo te lo dije". Encuentran el punto negro en el mural blanco, roban la esperanza y la posibilidad de proyectar sueños a futuro con sus ideas derrotistas, se esfuerzan por hacernos sentir desamparados, hablan de muertes, robos, déficit y caos, como si nada bueno hubiera significado en nuestro país la recuperación de las AFJP y de Aerolíneas, las miles de jubilaciones a personas que por diversas circunstancias no habían realizado aportes, la recuperación de la industria nacional, el aumento POR LEY dos veces al año de las jubilaciones, las asignaciones al campo cietífico, la política de derechos humanos, etc. En el marco de la mayor crisis mundial, no se ha recurrido al bolsillo del pueblo para pagar la deuda asumida, se va a pagar con la reservas que el Estado pudo acumular administrando adecuadamente los ingresos. Los docentes hemos recibido un aumento de nuestro sueldo básico y se ha dispuesto una asignación universal por hijo que no resuelve el problema de la pobreza pero sacará de la indigencia a muchas personas. ¿Por qué no apoyar a un gobierno que fomenta la idea de que el Estado somos todos? Lo público es de todos, no, es de nadie. Yo y sé que muchos otros, pasamos por un filtro lo que dicen los medios de comunicación quedándonos con aquellas palabras que construyen una idea despojada del odio viceral que en estos tiempos pareciera devorarle el corazón a más de uno. Más allá de las ideologías partidarias, hay un sentido común construido mediáticamente del que vale la pena sospechar.
jueves, 25 de febrero de 2010
Escondido en mi país

Hay un lugar escondido en la provincia de Buenos Aires llamado Doyle; un lugar que tomó su nombre de un lejano señor que donó los terrenos en los cuales se fundó la primer y única escuela del pueblo, un lugar con calles de tierra, comisaría, club, almacén de ramos generales, despensas, niños andando en bicicleta perseguidos por perros, bichitos de luz, aroma a pasto y vecinos que me recuerdan aquello que alguna vez tuvimos cuando aún no se habían inventado las rejas ni las puertas Pentágono.
Tuve ganas de comer frutas, hacer dulces y dejar de fumar. Imaginé una huerta, la mecedora de mi abuelo en un rincón de la casa, sus colores, dibujé en un papel el destino final imaginado, me pensé tomando mate en la galería con los pies sobre la mesa, inventé en aquel lugar asados con amigos y colgué imaginariamente el tapiz que traje de Jujuy hace ya unos años.
Algo de ese paisaje y de esa forma de vida se me metió por las yemas de los dedos y me emocioné al saber que es alli donde debo estar, que ese es el lugar que me estaba esperando.
Cuando regresé y volví a mezclarme en el anonimato del conurbano bonaerense, me enteré de que había fallecido Don Salvia el señor que vivía al lado de mi casa, entonces llené un frasco de berenjenas en escabeche que había hecho y por primera vez en cinco años que vivo aca, fui a visitar a Norma, su mujer. Hablamos de la vida, de la muerte, de sus nietos y su loro que no deja de gritar "¡Pancho!, ¡Pancho!". Cuando me fui, Norma me agradeció la visita tomándome de las manos con lágrimas en sus ojos y yo supe que algo de aquel pueblo escondido en la provincia de Buenos Aires me había traído en el corazón.
sábado, 5 de diciembre de 2009
El humor frente a la intolerancia
lunes, 2 de noviembre de 2009
Palabras de un amigo

Tengo un amigo que me regaló Dios. Cada tanto reaparece en mi vida derramando con sus palabras aquel misterio primero tan difícil de nombrar. Tengo un amigo que veo poco y quiero mucho, un ser que me piensa desde el lugar donde siembra, alguien que motivó mis escritos y mis sueños cuando nadie lo hacía, un amigo con una panza enorme que enscondía mi primer cuento de niña.
Hoy les regalo un puñado de sus palabras para que disfruten de ellas mientras están desordenadas escapando del corrector y del crítico literario.
El camino del no entender de Ella
---------------------------------
Muchos eran los caminos que había conocido aunque realmente nada de lo conocido era conocido, o más bien todavía no había latido dentro de ella ninguno de ellos.
En la era de las mujeres, en esos tiempos en que los matriarcados todavía poseían la tierra pero tantas veces le era cerrada a sus frágiles percepciones.
Solía soñar(o más bien pensar) con los encendidos letreros de las marquesinas en que estuviera escrito su nombre, algo como de afuera que le dijera quien era, algo etéreo e inexistente, como esas canciones que seducen instantes o solo endulzan porque esta así establecido en el sistema.
Ahora sientes
Ahora Brillas
Con tal cuerpo debes moverte
Por aquí pasa tu vida
Este era el mundo de las marquesinas que se abría a los pasos de las mujeres reclamando su misma esencia su más profunda sangre para dejar a un costado su mismidad, su propio no entender que la precipitaría al desconcierto y al abismo del conocimiento.
Mundo este de bagatelas bien presentadas, de espejos que alucinan y prometen hasta que la propia constatación de la falsa luminaria la dejaría a un costado como a una más, sin rostro ya, sin rostro ya para el amor.
Basto panorama de ofertas para lucir mejor ofrecidos por la reina del olvido o la princesa sin cara.
Dónde estoy se preguntó en ese instante y ya sus años le colgaban como un collar de estepas que la arrastraba más y más al suelo.
De repente, ya no vislumbró nada y su más perfumada y rosa femineidad la sorprendió vacía.
Entre las tantas Marquesinas le llamó la atención una que en realidad no era atractiva si se la miraba con los ojos que esas máquinas le habían puesto.
Esas máquinas que habían codificado su ser para hacerla algo destinado y preestablecido.
Con esto tienes que sentir…
Con estos llorarás…
De esto te alimentarás para conservar tu flaca silueta…
Maquinaria puesta en otra era donde los seres se habían sentido superados y habían sentido el NO PODER y eso les había como arañado hasta las entrañas para darles esta nueva piel que te proporcionarían las máquinas.
La nueva piel estaba perfectamente codificada y conducía todo tu organismo (ya que es el órgano más extenso no) a codificaciones precisas y a tales los estímulos apropiados a tal cosa.
Tal lectura debe estar así argumentada…
Tal película debe motivarte a esto…
Tal político te conducirá a tu felicidad y miles más bien billones de codificaciones repartidas sensorialmente y magistralmente controladas por un ordenador central que llevaba en la pelvis.
Qué sucedió para que ese día ella reaccionara con este cartel no sabemos, algo que tal vez se interpuso entre su piel y el objeto, un aviso que se había silbado tras los árboles que aun quedaban, una mirada que quiso no entender, o tal vez un viejo amor que en ella hizo estragos de nuevo para tomarla y desacomodarla de su piel.
Precisamente tal vez fue algo de todo esto, lo que a nosotros nos quedó es que se detuvo, sólo se detuvo como nunca ante ella misma y se percibió extraña y sin duda tuvo miedo ante el abismo que se le presentaba, la misma soledad de sí misma.
Lo claro fue que se detuvo ante el cartel amarillento y ajado que mostraba como un camino sembrado de huellas que parecían tener vida. Acostumbrada ella a caminos que no conducían sino a otras luminarias que no se abrían a ningún lado. Ante esto, ella percibió como una invitación que le hacía una especie de voz que nunca antes había codificado, que justamente se salía de todas las codificaciones que portaba ahora su descontrolada piel que se le empezaba a caer.
Así fue que como deslizándose desde sí misma (aunque ahí empezó a percibir que esto no lo controlaba) que fue cediendo no sin un dolor intenso su piel tan estéticamente pensada por aquellos sombríos depredadores de lo propio, que le habían silenciado su más profundo ser.
Se sumergió en una vaguedad de vaguedades en un ensueño primordial, como esos lapsos que tenía en aquellos viejos sueños hasta que fueron controlados por la también tan maravillosa maquina de los Sueños Necesarios que también le habían aplicado.
Este ensueño se le soltó y la tomó, no tenía ningún poder sino era llevada al sin razón que tanto la aterraba en su comienzo, pero que luego la fue cobijando con ropas frescas de sensaciones nuevas.
Desde la lejanía empezó a divisar una figura que sólo había visto en unos libros virtuales y que ahora se le acercaba ceremoniosamente y con andar pausado como dejando que la naturaleza le mirara, incluso le hablara. Era un caballo magestuoso con sus ojos de amigo y venía cantando una canción
Dejo deslizar la vida
Y asi me dejo andar
Ahora se quién soy
Cuando me hago en la senda.
Suelo caminar por los abismos
Para percibirme vivo
No tengo el control
Ese es el néctar del que me fío.
Suelo mirarme en los arroyos
Para sentir mi pelo
Cabalgo entre los ángeles
De ellos es mi cuerpo.
Dejo deslizar la vida
Y así me dejo andar
Ahora sé quién soy
Cuando me hago en la senda.
Se detuvo con el último sonido del estribillo y no hicieron falta palabras, o tal vez ahora la palabras decían y cobraban vida como dando paso, tal vez por primera vez, a la vida.
Se dejó andar ahora ella en el lomo del caballo como conociéndolo desde siempre, como el siempre esperado para conducirla solo delicadamente llevada a Ella misma.
Nos estábamos nosotros ante esta tierna escena que se daba cada tanto en estos días de Junio, donde los árboles bajaban sus brazos para que los podáramos; nos acercábamos al Portal al final de los caminos blancos para ver como otros se acercaban, pero todavía no era el instante para hablar con Ella, faltaban largos recorridos o cortos pero intensos.
Ella miró hacia atrás desde su cabalgadura roja y se sintió atraída a aquellas configuradas cotidianidades programadas, todavía había mucha piel para descamarse, o más bien, para precipitarse a un sin salida.
La ciudad estaba lejos pero se le presentaba de nuevo tras de ella, oscura y semidormida tras un círculo perfecto adornada por bienestares que ahora a ella empezaba a percibir como impersonales.
El corcel se detuvo y esto la dejó intrigada, como una respuesta de los colgajos de piel que todavía le tiraban. Se sintió sola aunque esto era nuevo recordó las fiestas y los arrebatos de sus estímulos y a esos hombres frisos que la tocaban para poseerla en uno de esos tantos bares que le habían asignado en los lúgubres callejones del olvido y de la celebración necesaria.
Creemos que sintió culpa, todos hemos pasado por ella: tiro terrible que nos paraliza y nos maniata hacia el pasado no resuelto, todo en el devenir contante a que nos habían acostumbrado a resolverlo todo y a hacer una oración de ello, un rito infecto en donde todos solucionábamos todo.
Sintió ella el pecho frío y ajado de la soledad o más bien del aislamiento, después, con el sisear de los eternos días, descubriría que la profunda soledad de los lagos Nuevos era siempre fecunda, se daba en colores y afectos sin reparo ni prejuicios y que sería para ella su nueva piel que la seduciría.
El dolor era muy intenso y la música fría del caos la irrumpía como dejándola más expuesta a sí misma y a los avatares del viento.
Se sintió desnuda, exhibida al todo que la hería pero la abría en una sangre nueva que desplazaba los últimos girones de piel muerta.
Queríamos estar con ella y no podíamos asirla, nos brotamos en una lágrima que se hizo arrollo descolgada en el lago.
Nos hicimos memoria de nuestro dolor, pero sabíamos del paso y nos llegamos con nuestra sonrisa que para entonces era una ceremonia que sólo celebrábamos cuando alguien como ella se aproximaba a nuestros bosques abiertos, donde las flores nuevas se dejaban fecundar por nuestro rocío.
Era ya el ocaso de esos lugares sin lugar que ahora le hablaban y por primera vez el poder no le pertenecía, sus pieles eran fecundadas por nuevas palabras, en realidad, recién tenían forma de palabras que hoy le decían tantas cosas pero que suavemente iban penetrando su vientre niño y se hizo una canción en los labios de Ella
Me voy siendo en los silencios
Voy viendo un nuevo color
Se desgrana de mis dedos
No fueron tiempos aquellos
Sólo fueron húmedos letargos
Musas muertas
Entre tantas ofrecidas luminarias
No se deslizaban palabras
Sólo eran mortajas de vida
Seres inconexos
Entre vaivenes de soberbia.
Me voy siendo en los silencios
Voy viendo un nuevo color
Se desangra de mis dedos.
Ahora aparecen las serenidades
Caminan los niños en la duna
Musas vivas y verdes
Sobre pieles nuevas.
Instantes de melodías
Frutas frescas del renuevo
Poemas en tus ojos
Sobre el camino blanco.
Me voy siendo en los silencios
Voy viendo un nuevo color
Se desangra de mis dedos.
Gracias Ale por esta historia